Primeramente, se necesita una superficie compuesta por hormigón fresco. Encima de la misma se aplica el pavimento, el cual es mortero endurecedor continuo que se elabora en ese preciso instante. En líneas generales suele ser un material con color, aunque en ciertos casos muy particulares se omite esta característica.

En cualquier caso, seguidamente se emplean los moldes decorativos que presentan multitud de diseños. Para tal fin varían en la forma, permitiendo así obtener como resultado la textura que el cliente desea.

La lista de estampados es inmensa, abarcando relieves muy distintos unos de otros. El objetivo es claro: lograr que cualquier tipo de usuario quede completamente satisfecho con el resultado final.

Por supuesto, el conjunto se protege con resina para que, en caso de estar colocado a la intemperie, resista a la perfección el paso del tiempo a pesar de las posibles adversidades climatológicas. Precisamente en los últimos días Valladolid se ha visto gravemente afectada por la borrasca Filomena, la cual resiste a la perfección el hormigón impreso Madrid.

El que se elabora en la capital del país es de la mayor calidad posible, tal como veremos más adelante. Ello se traduce en que proporcione una serie de ventajas muy a tener en cuenta, ejemplificando lo mucho que llega a durar. Además, el mantenimiento es extremadamente sencillo de efectuar.