HORMIGÓN PULIDO
El hormigón pulido representa una fascinante fusión de microcemento y polvo acrílico de alto rendimiento. Este proceso comienza con el fratasado del hormigón, seguido por un tratamiento mecánico especial utilizando máquinas equipadas con discos diamantados. A través de un meticuloso lijado y pulido, se logra una textura suave y libre de imperfecciones que realza la estética del material.
Tras el pulido, se aplica un sellador que puede ser superficial o penetrante, proporcionando una capa adicional de protección y realzando la durabilidad del hormigón pulido. La versatilidad de este procedimiento se refleja en la posibilidad de elegir entre acabados mate o brillo, permitiendo adaptar el resultado final a las preferencias estéticas y las necesidades específicas del espacio.
El hormigón pulido no solo ofrece una apariencia elegante y moderna, sino que también destaca por su resistencia y facilidad de mantenimiento. Este proceso no solo transforma la apariencia del hormigón, sino que también eleva su funcionalidad, convirtiéndolo en una opción atractiva para diversas aplicaciones, desde suelos interiores hasta áreas comerciales de alto tráfico.